Como dice Allen Carr –de quien luego os cuento- el tema del tabaco y su gestión a través de las autoridades, es la mayor de las vergüenzas de los últimos siglos.
Cierto, que la formula debe ser magistral, ya que el mismo modelo, es utilizado en todos los países del mundo de forma igual o parecida, imprescindiblemente de que el país en cuestión sea una Republica Bananera, un emirato, uno de esos de tronío con reyezuelo corrupto, democrático o incluso controlado por talibanes, en eso si que están todos de acuerdo, resulta curioso.
Fumar lo que gestiona tu gobierno, es una estafa, un timo, de ahí, que mi decisión de no ser más estafado o timado, ha aparecido ahora, después de 40 años, nunca es tarde si la dicha es buena.
En cuánto a las enfermedades, la verdad es que ni me lo planteo, en mi caso, imagino ya me lo he currado a pulso, como decía mi sabio padre: “Uno a los cuarenta tiene la cara que se merece” pues eso, que ya he hecho meritos suficientes como para haber pillado incluso un cáncer de uña del meñique del pie izquierdo, pero al menos, lo luciré con todo orgullo ya que durante todos estos años, ya me he pegado mi cáncer y el de otros muchos que no han fumado en su vida.
Porque otra curiosidad, es….la que estamos acostumbrados a ver, cuándo el responsable de turno de la sanidad en cuestión, nos cuenta la de millones y millones de euros que le cuesta al estado, las enfermedades contraídas gracias al tabaco, pero nunca, nunca, escucharemos al representante en cuestión de la Hacienda publica, diciéndonos lo que han recaudado en cada ejercicio por impuestos directos del tabaco, en mi caso y siguiendo con esa estadística de ahí arriba, en mi vida como fumador, han recaudado gracias a mis pulmones, la friolera de…….brouuuuum, brooouuuum –sonido de tambores- 40.000 euros.
Ni uno más, no me joden ni uno más, esto se acabó.
La conclusión:
fumar mata, hacienda recuda……..
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